Padre Florian Kroneis, intervino cristianamente en la revolución de 1947

[box type=”shadow”] La revolución de 1947, que sufrió nuestro país entre marzo y agosto de ese año, alcanzó a prácticamente todos los distritos y en ese sentido San Lorenzo del Campo Grande también sufrió las consecuencias de lo que significa una guerra civil. En ese sentido el cura párroco de entonces padre Florian Kroneis, evitó varios atropellos en la ocasión, aunque esto no evitó que se cometieran varias situaciones de violencia que llevaron a la muerte a algunos ciudadanos. [/box]

Según el libro “San Lorenzo del Campo Grande Memoria Histórica” escrita por la historiadora Margarita Duran Estragó, a las 05:00 horas del 10 de agosto del citado año, “el padre Florian Kroneis, encontró en la plaza del pueblo una patrulla de soldados revolucionarios. El cura, explicó al jefe de la misma que ese día celebraban la fista de San Lorenzo y que por favor la respetaran. Cuando las fuerzas revolucionarias ocuparon el pueblo, fue saqueada la casa del caudillo colorado Fermín González, y se sucedieron en seguidillas, atropellos, saqueos y vejámenes a familias e incluso a niños”.

Tumba del padre Florian Kroneis, ubicado a la entrada de la catedral de San Lorenzo.
Tumba del padre Florian Kroneis, ubicado a la entrada de la catedral de San Lorenzo. (click para agrandar)

Siempre según el libro, en su informe el cura Kroneis señala: “intervenimos en cuanto nos era posible recorriendo las calles del pueblo y luchando, ya con los soldados, ya con los civiles que se aprestaban al saqueo esperando la ocasión propicia. Fueron saqueadas en total 15 casas, en mayor o menor grado”.

Luego formaron una comisión de aprovisionamiento de las tropas revolucionarias y se vaciaron tiendas y almacenes del vecindario. En su desesperación, dice Kroneis, el encargado de negocio de Segura Latorre (sucursal), “perdiendo el juicio se hecho en el pozo de su patio, sacándole después de una hora, pero ya muerto”.

En el hospital había muchos heridos y varios de ellos de gravedad e incluso fallecían diariamente. Los entierros se hacían en grupos de a tres o de a cinco, en fosas comunes.

Luego de varios días, las tropas emprendieron la retirada y al lunes 18 de agosto entraron en San Lorenzo las fuerzas del gobierno. Al enterarse de los saqueos perpetrados en casa de colorados y la ayuda de gente del lugar había brindado a los revolucionarios, procedieron a perseguir a los liberales del pueblo. Un grupo de “pynandí” asalto durante la noche la casa de Fortunato Rahal, saqueándola por completo. Después atropellaron la farmacia de Valentín Rebull, robándole billetes y documentos por valor de 30.000 mil guaraníes. El motivo fue haberle entregado al Coronel  Franco, un paquete cuando éste llegó a San Lorenzo. También apresaron a quince damas liberales que quedaron en manos de 150 “pynandi”.

Los soldados “rugían como leones gritando: a la cárcel con ellas”. Dice Kroneis , que llamó a cada uno de los soldados por su nombre, pues los conocía y de vergüenza callaron.

El jefe de la juventud colorada de San Lorenzo, José Cataldi, impuso orden y liberó a las afligidas damas. Los saqueos continuaron por unos días; después volvió la calma, pero las secuelas de aquel triste episodio armado dejaron mucho dolor y lágrimas en los afligidos habitantes de San Lorenzo, lo mismo que en todo el Paraguay.

Fuente: Libro San Lorenzo del Campo Grande Memoria Histórica de la escritora Margarita Duran Estragó.