Tres décadas después de que se diagnosticaran en Estados Unidos los primeros casos de sida y la posterior identificación del VIH, Washington D.C. está catalogada como la ciudad con el más alto índice de nuevas infecciones, poseedora de una epidemia que compite con las tasas de los países más afectados en África.

La situación afecta particularmente a la comunidad afro estadounidense, y a otras minorías como la hispana, con una incidencia cada vez mayor en los adolescentes.
Los factores de estos indicadores son varios. Incluyen el comportamiento sexual de alto riesgo, el uso de drogas intravenosas y la pobreza. Pero muchos expertos coinciden en que la falta de control sobre la enfermedad se debe al caos institucional y desorden burocrático del gobierno local.
La Organización Mundial de la Salud, OMS, define una epidemia generalizada cuando la tasa de infección es del 1%. Washington D.C. tiene un índice medido de nuevas infecciones de 3% y un índice estimado del 5%, aseguró, Adam Tenner, director ejecutivo del centro comunitario de asistencia MetroTeenAids.
Lo más lamentable es que el VIH es prevenible. «Si enfrentáramos la situación con un enfoque realmente preventivo, teóricamente esta infección no debería darse». Para eso se necesita coordinación, determinación y voluntad política para implementar una estrategia que ofrezca información, educación y dotación -sobre todo a los adolescentes- para que sepan cómo protegerse del VIH, subraya Adam Tenner de MetroTeenAids.
Informe: Ruth Enciso