Del 8 al 14 de agosto de 2021 se celebra la Semana de la Lactancia Materna 2021, con el objetivo de sensibilizar y concienciar sobre la importancia de la misma como mejor opción de alimentación para el niño y un derecho, por tanto se debe garantizar el derecho a la leche materna y bajo ninguna circunstancia la mujer debe ser objeto de discriminación o vulneración de sus derechos por su condición de madre lactante. Para asegurar su cumplimiento, el país cuenta con la ley N° 5508 para la promoción, protección y apoyo de la lactancia materna.
La jefa de Sala de Lactantes de la Cátedra y Servicio de Pediatría del Hospital de Clínicas, Dra. Susana Sánchez Bernal, pediatra, nutrióloga, refirió que para el ser humano significa el buen comienzo de la vida, aparte de todos los cuidados generales, la parte nutricional es un derecho a la alimentación. “Y debemos hacer hincapié en reconocer la importancia durante el periodo pre natal, de que la madre o mujer embarazada reciba consejería sobre la lactancia materna y opte por ese tipo de alimentación para su hijo, considerando los múltiples beneficios tanto para la madre como para el niño”.
Dijo que existen casos en los que por motivos de fuerza mayor, muchas madres no pueden dar de mamar, pero por situaciones irreversibles. Si por alguna razón, la madre no puede amamantar, existen los llamados Bancos de Leche que permiten asistir nutricionalmente a los niños, con leche humana.
La leche materna es un líquido vivo que se va adaptando al tiempo y contiene sustancias que no se consiguen en una fórmula artificial, con elementos que logran la colonización del intestino del niño como son los lactobacillus, bacterias naturales que se encuentran en la leche materna. “El lactobacilo posee probióticos que la madre va entregando al niño y son elementos no nutricionales, de lo nutricional aporta todo lo que un niño necesita en términos de agua, líquidos, de vitaminas, de proteínas y además defensas, desde el punto de vista inmunológico no hay fórmula para que se le compare a la leche materna porque emplea elementos que son vitales, únicos e irrepetibles. La inmunidad, las defensas que confiere la leche materna es algo que no se puede replicar ni aún averiguando esos aditivos a la fórmula artificial”.
Los beneficios están dados por tres elementos, desde el punto de vista nutricional; emocional, mediante ese apego que se da entre la madre y el niño que es amamantado, brindándole seguridad y autoestima al infante a largo plazo. Y desde el punto de vista inmunológico, podemos encontrar otros beneficios que van más allá del niño y que afectan a la madre. La madre que amamanta también tiene menos riesgo de sufrir cáncer, recupera más rápidamente su peso antes del embarazo, y una rápida contracción uterina, mejorando inmediatamente después del parto.
En el mediano y largo plazo aparecen las ventajas dadas por una menor aparición de hipertensión arterial en la infancia, adolescencia y luego en la adultez. La menor incidencia de infecciones del aparato respiratorio, menor incidencia de temas gastrointestinales, la menor recurrencia de atopias (alergias ya sean cutáneas, respiratorias o intestinales) e incluso menor incidencia de cáncer.
“Entonces tenemos beneficios inmediatos, a mediano y largo plazo, e incluso menor riesgo de diabetes tipo I, ya que no le exponemos a una proteína heteróloga le llamamos nosotros donde muchas veces el cuerpo lo reconoce como enemigo y ataca las células del páncreas y desarrolla la diabetes”.
¿Hasta cuándo es buena la leche materna?
Desde el punto de vista técnico de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud y todas las agencias internacionales, se recomienda la lactancia hasta los dos años e incluso hasta los tres años de vida.
“Y en esta línea está lo que nosotros llamamos el destete respetuoso, donde niños que pasan un poco ese tiempo y la madre opta por seguir amamantando, esa leche es buena aún y con el tiempo los niños dejan espontáneamente el pecho materno, no hay algo taxativo”.
La profesional refirió que a partir de los 6 a 7 meses, la lactancia ya debe estar complementada con otros alimentos, de manera a mejorar la diversidad de nutrientes que puedan aportar a la dieta. Incluso la guía alimentaria para el menor de 2 años en nuestro país, establece esos periodos de introducción de otros alimentos y se aconseja continuar con la lactancia materna por lo menos hasta los 2 años de edad o más.
Cabe mencionar además, que la lactancia materna tiene un impacto económico muy importante, pues reduce significativamente el gasto de bolsillo, comparado a la leche de fórmula.
Futuras mamás
“El acto de Amamantar es elección que cada mujer y ojalá esa decisión se haga con miras al derecho que tiene el niño o niña de recibir el mejor alimento, no solo por el aporte de nutrientes sino también en el apego, el sentirse apegado a la madre desde el inicio. Entonces es instarles a que traten de obtener la mejor información durante el embarazo para poder tomar la decisión, y no después de haber nacido el niño”.
Sobre ese punto, la Dra. Sánchez aconsejó a sus colegas a ayudar, así como a estimular y fomentar la práctica en todos los hospitales y servicios del país ya sean públicos o privados. “Es fundamental realizar ese acompañamiento, no seamos tan prácticos en indicar una fórmula artificial, sino tomarnos el tiempo como profesionales de la salud de acompañar ese proceso, en especial a las madres primerizas para no entrar en la desesperación”.
Asimismo erradicar esa creencia de que la leche no es suficiente alimento para el niño. “Hay que sacarse la idea de que mi hijo tiene hambre, que mi leche no le llena”, sostuvo.
Y más bien explicarle a esa mamá, que se trata de una leche que se digiere más rápidamente, por eso hasta que el niño tenga una mayor efectividad en su succión, eso va a ser así para luego ir disminuyendo la frecuencia. La mujer es perfectamente capaz de nutrir adecuadamente a su niño, salvo situaciones de enfermedades específicas donde no pueda dar de mamar, pero eso se maneja a otro nivel, concluyó la especialista.
Fuente: Dpto, de Comunicación del Hospital de Clínicas
