Bosques depredados en la región Oriental

Por Claudia Meaurio
Diversos grupos de personas que deforestan bosques se mantienen al acecho de las reservas naturales existentes en la Región Oriental del país, según lo que confirmaron técnicos de la Secretaría del Ambiente (Seam) en incursiones realizadas recientemente, según lo publicado por el diario ABC Color.
Hugo Cañiza, asesor legal de la Seam, mencionó “Encontramos lo mismo de siempre: grupos de campesinos instalados en zonas prohibidas de reservas en donde se sirven de los recursos naturales sin permiso”.
Según declaraciones del funcionario, las intervenciones que realizaron el pasado fin de semana, dieron la posibilidad de constatar que el peligro para las reservas naturales es una constante.
Aunque desde hace 10 años se encuentra vigente la ley de Deforestación Cero, las prácticas masivas de tala de árboles, sigue siendo una actividad imparable. No obstante, el nivel de desmonte llega aproximadamente a unas 60 hectáreas por día. Pese a las cifras que se manejan, hasta la fecha ninguna persona terminó en la cárcel.
Cabe destacar que funcionarios de la Seam, junto a funcionarios de la Dirección de Fiscalización Ambiental Integrada (DFAI), técnicos del Infona, agentes del Ministerio Público y efectivos de la Policía Nacional, realizaron unas cuantas intervenciones entre el jueves y sábado pasado, en los departamentos de Canindeyú y Alto Paraná, respectivamente.
El primer lugar en donde hicieron las intervenciones fue la Reserva Privada Morombi, de la localidad de Curuguaty de Canindeyú. En el sitio, las intervenciones fueron hechas específicamente en las zonas conocidas como Karumbé y Pira Verá, en donde justamente, hace apenas unos meses atrás, la Seam había detectado la tala ilegal de árboles. En donde los implicados llegaron a ser denunciados ante la fiscal.
En la reserva Morombi, los intervinientes se encontraron con un asentamiento campesino nuevo, denominado San Miguel Arcangel, según manifestaron sus ocupantes a las autoridades. Solo en esta reserva, los técnicos estiman que se desmontaron casi 50 hectáreas de bosques dentro de la zona del área protegida.
Así también se encontraron con plantaciones de girasol, poroto y maíz, una actividad que está prohibida para este tipo de reservas.
En el Parque Nacional Ñacunday, del distrito del mismo sitio, en el departamento de Alto Paraná, los cuidadores de la Seam descubrieron tablones de madera acerradas listos como para ser llevados. A tal efecto, uno de los considerables problemas que posee este parque nacional, de unas 2.000 hectáreas; es la tala ilegal de árboles.
De igual manera, durante esta última intervención de la secretaría del ambiente, se descubrió la presencia de comunidades indígenas.
Con respecto al punto, Cañiza mencionó, “Descubrimos diferentes grupos de personas, muchos de ellos campesinos, que se mantienen en la zona de amortiguamiento de las reservas. Ese es el principal problema que se tiene porque todos ellos alegan que no tienen otra alternativa que echar los árboles y vender la madera”.
El asesor jurídico lamentó el poco interés que presentan las autoridades municipales o de las gobernaciones en donde están las zonas afectadas por la tala de madera, “existe una nula acción de las entidades locales para acompañar el trabajo de cuidar las áreas protegidas”, puntualizó Cañiza.
Dijo además que es muy difícil contar con el apoyo municipal a la hora de hacer las intervenciones en las zonas de las reservas. “La responsabilidad de protección de estos bosques es de todos. Cada institución debe hacer su parte para evitar que se siga con la destrucción de estos recursos naturales”.
Cañiza señaló que desde la Seam solicitarán informes tanto a las municipalidades locales como al Infona, de todos los aserraderos habilitados que se encuentran trabajando en los alrededores de todas las reservas naturales de la Región Oriental del país.