La protesta realizada en la playa de Copacabana ayer sábado fue bastante particular y consistió en el entierro de 500 balones de futbol pintados con una cruz roja.
La actividad fue promocionada por una organización no gubernamental que lucha contra la violencia en Rio de Janeiro, y consistió en “500 pelotas marcadas con una cruz roja que simbolizan a los 500.000 brasileños muertos por la inseguridad durante la última década”, explicaron desde la organización, quienes también manifestaron que “el Estado debería invertir en seguridad para la población como “a la hora de construir los estadios, que aparecieron de la noche a la mañana”.
Los balones fueron exhibidos en la playa de Copacabana hasta el mediodía, cuando fueron pateados simultáneamente al aire para que fuesen recogidos por niños pobres de una favela de Río de Janeiro, a quienes fueron donados.
Según el presidente de Río de Paz, Antonio Carlos Costa, la protesta también se suma a las convocadas por internet y que tan sólo el jueves congregaron a cerca de 1,2 millones de brasileños en un centenar de ciudades, ya que también reivindica mejorías en la salud y la educación.
«Brasil tiene que ofrecer salud y educación de excelencia», afirmó Costa al exigir que el Gobierno construya hospitales y escuelas de calidad tan rigurosa como la que la FIFA exige para los estadios construidos para el Mundial que el país organizará el próximo año.