Breves de la Historia de San Lorenzo del Campo Grande (V)

 

En esta quinta entrega de historia de la “Ciudad Universitaria” se hace mención de la inauguración del actual cementerio público de San Lorenzo del Campo Grande. No obstante se recuerda aquí dos campos santos anteriores, la de Capilla Cue y la que estaba en el predio de la actual casa parroquial de la calle Defensores del Chaco y Dr. Rodríguez de Francia.

Gentileza de Silvio Avalos Sánchez

HABILITACION DE UN NUEVO CEMENTERIO
EN SAN LORENZO DEL CAMPO GRANDE (AÑO 1897)

Con motivo de la epidemia de viruela de 1890, las autoridades locales decidieron trasladar el cementerio a un lugar apartado del pueblo. La urgencia del caso y la escasez de recursos económicos no permitieron la concreción inmediata del proyecto. Ante estas circunstancias las autoridades municipales no tuvieron otra alternativa que rehabilitar el cementerio de “Capilla Cue”, abandonado desde 1855. Para el efecto solicitaron la aprobación del obispo diocesano Pedro Juan Aponte, a fin de volver a bendecir aquel sitio para inhumar allí los “cadáveres virulentos”.

A comienzos de noviembre de 1890 el obispo Aponte autoriza al párroco de San Lorenzo, Francisco Rodríguez, a que bendiga el antiguo camposanto, ceremonia practicada el 12 de noviembre del mismo año. A partir de entonces y mientras duró la epidemia, el pueblo contó con dos cementerios, el del centro y el de “Capilla Cue”.
Entre tanto, en 1895, la Junta Municipal presidida por Tristán Paredes reunió a las damas más representativas del municipio a fin de formar una comisión encargada de la creación de un nuevo cementerio en las afueras del pueblo.
Dicha comisión quedó conformada por Andrea Insfrán y Andrea J. Recalde como presidenta y vicepresidenta respectivamente. La secretaría y tesorería quedaron a cargo de Dolores Troche, Ramona Andreana y Pantaleona C. de Troche. En calidad de miembros integraron la comisión Antonina M. de Jiménez, Tedodora de Castel, Emerenciana de Olmedo, Ascensión de Babañoli, Adela de Andreau, Joaquina de Surroca, Dolores Ríos, Natividad de Recalde, Juana de Castro, Mercedes Almirón, Prudencia de Castelví, Magdalena de Frizzola, Patrocinia M. Girardo, Marcelina Insfrán, Catalina Pallaro y Teodora de Cano.

Esta frondosa comisión de damas se abocó a la recolección de fondos para la construcción del nuevo cementerio. Necesitaban contar con la suma de 500 pesos fuertes para la contratación de un profesional que diseñara el plano y lo pusiera en ejecución. El terreno elegido para el efecto se hallaba ubicado fuera del pueblo, junto al camino que de Asunción iba a Itá, Yaguarón y demás pueblos del interior.

Uno de los lotes destinado para el nuevo cementerio fue donado por el señor Zandalio Insfrán, hermano de Marcelina Insfrán, quien a su vez donó el sitio de la plaza que hoy lleva su nombre. Después de dos años de trabajo, en 1897, las damas sanlorenzanas cumplieron con su loable objetivo. El nuevo cementerio ya concluido fue entregado a la Municipalidad de San Lorenzo. El cura párroco Claudio Arrúa solicitó a Monseñor Sinforiano Bogarín, nuevo Obispo del Paraguay, a que autorice a bendición del nuevo camposanto.

La designación recayó en el cura párroco de San Roque de la capital, presbítero Miguel Maldonado. La ceremonia de bendición y habilitación del cementerio se llevó a cabo el 23 de mayo de 1897; fueron padrinos del acto “como se acostumbra en tales ceremonias”, el presbítero doctor Hermenegildo Roa y una dama que sería la presidenta de la comisión, doña Andrea Insfrán.

El cementerio fue ampliándose repetidas veces, y hoy, a más de un siglo de su habilitación, abarca una extensa zona ubicada sobre la ruta I Mariscal López y la calle Teniente Benítez.

(“San Lorenzo del Campo Grande. Memoria histórica”, de Margarita Durán Estragó).