No existe previsión, total “hetavé la tiempo porá, tiempo vaígui” (más tiempo bueno que malo)

El costo de reparaciones de los destrozos que dejan los raudales luego de cada lluvia son varias veces millonarias. No obstante si la caída de agua es de gran intensidad es prácticamente imposible que no deje secuelas a su paso, pero si se tiene una buena política de prevención se puede disminuir el impacto. Claro que eso será si las autoridades municipales dejan de actuar como aquel chiste de cachike que cuenta que un señor se le dirige y le pregunta “- Cachike, mbaere nde rejapoi nde rogará, chakeko ndaigustoi okape  oky javé”, el cacique responde “- Maerápio ajapota, total hetavé la tiempo porá, tiempo vaígui”. Es que no hubo, no hay, y ni siquiera se nota que puedan echar a andar algún proyecto positivo para éste tipo de dificultades, conste que ni siquiera se necesita de grandes estructuras para ello.

Es por eso que caigo en la cuenta de que a gran parte de las autoridades que se tuvo en San Lorenzo (incluida las actuales que siguen en sus burbujas), les va perfectamente el chiste de cachique que les conté más arriba. Digo por lo que al igual que el indígena del chiste, no tienen ninguna previsibilidad, total…el temporal no es permanente.

En el contexto de “destrozos dejados por raudales”, en prácticamente todos los barrios, es bueno observar que en algunos países cuentan con leyes u ordenanzas distritales donde se garantiza que cada edificación está obligado a dejar espacios libres de materiales de acuerdo al tamaño de las propiedades. Esto para evitar la impermeabilización de grandes superficies de tierra, de manera que el suelo pueda absorber agua de lluvia y evitar que el cien por ciento se deslice por el piso engrosando el tamaño de los dañinos raudales, pero lo más bueno, es que donde las autoridades proceden a hacer cumplir ese reglamento no tienen grandes dificultades y si tienen es porque verdaderamente las lluvias estuvieron cercanas al diluvio y merecen realmente ser declarados como “emergencia”.

La expansión urbana sin control en San Lorenzo es de larga data, y lo peor es que nunca se pudo poner en marcha el famoso “Plan de Ordenamiento Urbano y Territorial de San Lorenzo” (se hizo dos en distintos años). Esa ordenanza debe contemplar (si no contempla) que cada edificación está obligado a dejar un espacio libre de materiales de acuerdo a la medida de la propiedad, tal como lo hacen en otros países donde verdaderamente planifican buscando dar solución a los problemas que aquejan a sus conciudadanos. Aquí observamos que cada vez son más los que optan por poner pisos de materiales en lo poco que sobra de suelo en sus viviendas.

Claro que para que eso ocurra en San Lorenzo, se necesita de autoridades municipales que bajen de sus burbujas y dejen de decir barbaridades como “El Progreso Continúa” y otras “sandeces” que quieren hacernos creer que con construir un polideportivo de más de mil quinientos millones de guaraníes ya debemos decir que la ciudad está creciendo y hacerles loas, mientras que por la nula previsión cada vez que llueve se necesita declarar de “emergencia” para reparar a nuevo calles recién empedradas o asfaltadas y ni hablar de zonas inundables que siempre quedan a la de “Dios que es grande”.

Con ese pequeño pero importante detalle de dejar suelo libre de materiales en cada propiedad ya disminuiría un poco más el impacto de los raudales y no lo digo yo, sino lo dicen técnicos especializados en el tema.

Obviamos aquí un nuevo sistema de alcantarillado de desagüe pluvial porque creo que si no empezamos por los detalles más pequeños, los trabajos de envergadura puede resultar en un calmante demasiado caro.

Las autoridades de San Lorenzo deben mirar la lista de las ordenanzas municipales existentes y verán que si hacen cumplir el 70% de ellas la ciudad irá mejorando ostensiblemente, eso si de verdad quieren que la ciudad vaya saliendo del cáos resultante del desorden existente.

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