Imágenes que circulan por grupos de WhatsApp muestran un adelanto del nuevo diseño que tendrán los buses de transporte público de San Lorenzo. La iniciativa busca unificar la estética de las unidades que operan en la “Ciudad Universitaria”.
Sin embargo, la nueva pintura no podrá ocultar la antigüedad de algunos buses, ni tampoco eliminar las peligrosas carreras que protagonizan incluso buses de la misma empresa.
Personas con discapacidad visual también han expresado su preocupación, ya que la falta de diferenciación en los colores dificultará la identificación de las líneas. Además, la similitud entre los diseños podría generar confusión en los usuarios, permitiendo que algunos buses entren en zonas que no corresponden a su itinerario.
Más allá de la estética, es necesario abordar otras problemáticas que aquejan al transporte público de San Lorenzo, como la falta de seguridad vial, el incumplimiento de las normas de tránsito y la frecuencia irregular de los buses.
La renovación de la imagen es un paso positivo, pero no es suficiente. Se requieren medidas más profundas para mejorar la calidad del servicio y garantizar la seguridad de los usuarios.
Otro punto a considerar es que algunos empresarios aprovechen “lo nuevo” para cambiar de emblema y dejar “clavos” sobre deudas que “desaparecen” con el cambio de nombre de algunas empresas.
