Alergia a las proteínas de la leche de vaca y la intolerancia a la lactosa

La alergia a las proteínas de la leche de vaca y la intolerancia a la lactosa, son patologías frecuentes en la primera infancia, en menores de un año de vida, sobre todo los primeros 3 meses.

El Prof. Dr. Ricardo Meza, especialista en Alergia e Inmunología Clínica Pediátrica y Coordinador General de jefes de Sala de Internados de la Cátedra y Servicio de Pediatría del Hospital de Clínicas de la FCM-UNA, explicó que la alergia a las proteínas de la leche de vaca es una patología definida por su nombre. Generalmente se delimita a tres tipos: la caseína, la alfa lactoalbúmina y la beta lactoglobulina. Sin embargo, se sabe que hay una infinidad de proteínas que circulan dentro de la leche de vaca en sí misma, que es una sustancia biológica que corresponde a la leche de un animal y refiere a miles de componentes biológicos, pero se menciona a esas tres.

En cuanto a la intolerancia a la lactosa, el especialista menciona que la lactosa es un carbohidrato, es un tipo de azúcar que nada tiene que ver con la parte proteica y lo que ocasiona es una intolerancia a la absorción de este tipo de carbohidrato. Generalmente puede ir relacionada a un proceso pos infeccioso de causa viral, por ejemplo el rotavirus que ocasionó daño a nivel del tejido de revestimiento intestinal con pérdida de estas células que se encargan de ello y que a su vez causó déficit en un tipo de reductor de esta sustancia, denominada lactosa que finalmente llevó como consecuencia la intolerancia. Entonces son dos patologías diferentes entre sí.

La alergia guarda relación a una enfermedad con predisposición genética, así que se debe buscar una causa genética familiar que pudiera estar llevando a cabo ese proceso de transferencia hereditaria madre e hijo o padre e hijo y que esté manifestándose por primera instancia en ese bebé. Lo que es intolerancia, pueden ser por déficit como se había mencionado o por causas relacionadas a procesos pos infeccioso.

El pediatra refirió que ambas patologías son muy frecuentes y prevalentes entre sí. Los primeros síntomas son confusos, la diferencia está en que la alergia a las proteínas de la leche de vaca ocasiona reacciones cutáneas muy diseminadas a nivel corporal. Causa también otras situaciones como cólicos, pérdida de sangre a través de la materia fecal, el no aumento de peso, un peso estacionario al no alimentarse en forma correcta al niño.

En la intolerancia a la lactosa se puede también dar cólicos, diarreas, pero el síntoma local de la piel se manifiesta a nivel del glúteo y en zona perianal, que vendría a ser la colita del niño. No se observan lesiones cutáneas extensas, como si ocasionan las proteínas de la vaca. Los estudios que se realizan son específicos. El cuidado que se realiza para cada una es específico y sin embargo, el tratamiento es diferente aunque ambas tengan que ver con la leche de vaca.

En la intolerancia a la lactosa, el niño puede seguir consumiendo leche sin lactosa; en lo que se refiere al niño con alergia de proteínas a la leche de vaca, debe dejar totalmente la leche entera, incluso la leche sin lactosa”, refirió el profesional.

El niño debe consumir leches especiales que son totalmente digeridas; son leches en fórmulas. Si el niño se encuentra aún en periodo de lactancia materna, esencialmente necesario, se aplica la dieta de restricción a la madre para que el niño no pierda la oportunidad de continuar con la lactancia materna. Se le pide a la madre cuide la ingesta de lácteos y sus derivados para que pueda seguir dando de mamar.

Alergias alimentarias

En circunstancias como alergias alimentarias en general, se practican dietas de restricción por un periodo de seis meses; posterior a ello se vuelve a practicar los métodos de diagnóstico para poder determinar si el niño mejoró o no. Una vez constatado la mejoría del niño se le da el alta volviendo a una dieta normal.

Cabe destacar que la alergia alimentaria es de las pocas alergias que realmente curan y curan para siempre, no se vuelve a reincidir. Se  puede volver a tener alergia a otros alimentos, pero muy difícil volver a sentir alergia a aquel alimento que ocasionó la primera vez.  

Complicaciones

El Prof. Dr. Meza indicó que las complicaciones se pueden dar a nivel del tubo digestivo bajo, como el colón; y en aquellos niños que no han tenido un buen esquema de tratamiento debido a una falta diagnóstica.

Es importante siempre referir al especialista, al gastroenterólogo infantil, al alergólogo infantil para que se puedan realizar la pesquisa diagnóstica y no retrasarlo. Por ejemplo, es fundamental no llegar a la proctocolitis, lesiones del colón muy importante de la región colónica que conlleva a consecuencias importantes; esta es una patología muy temida por los especialistas del campo. Incluso quedan secuelas con las que se debe convivir.

Las consultas en pediatría son presenciales, por orden de llegada en el edificio de la Unidad Pediátrica Ambulatoria – UPA. Cuenta con departamentos  de especialidades que trabaja de manera coordinada para la atención de los pediátricos; especialista alergólogos, cardiólogos, endocrinólogos, gastroenterólogos, nutriólogos, neurólogos, nefrólogos, reumatólogos, neonatólogos, oncólogos, traumatólogos, urólogos y cirujanos infantiles. 

Por: Dpto. de Comunicación del Hospital de Clínicas