Mbeguemí online: San Lorenzo en la edad oscura

Estamos viviendo una de las épocas más oscuras de la historia de nuestra ciudad. No solo estamos en manos de gente ignorante (pero con título) sino que la maldad y la desfachatez de nuestras autoridades está batiendo todos los records. Si la novelesca ciudad gótica existiera, estaría ubicada en este, que alguna vez fue… un bello distrito.

La nueva esclavitud

Algunas de las trágicas características de la éra feudal eran la explotación, el vasallaje, la explotación del hombre y la pérdida de las libertades más esenciales. Bueno, eso ya se hace en nuestra ciudad: a metros nomás de la bella catedral neogótica, en esa oscura gruta oxidada a la que llaman “tinglado municipal”, el señor feudal Aldo Ricacho  pretende volver a la época de la esclavitud.

Estamos hablando del mismo personaje que se hizo famoso con las vaquitas cagamonedas. Un corrupto catrín que se cree general de los ejércitos romanos solo porque puede gritar y maltratar a un puñado de uniformados mal pagados que… aguantan de todo, solo por trabajar.

¡Y vaya que aguantan! Tienen que trabajar 7 días a la semana –de domingo a sábado- y solo les pagan seis. Según Aldo Ricacho los domingos no se pagan”.

Y no termina ahí la cosa, porque si alguno de los “jornaleros” decide que el domingo no va a ir a trabajar gratis para el “supremo”, entonces Aldo Ricacho le descuenta un día de trabajo… de los 6 días que trabajó el pobre individuo de lunes a sábado. Y si algúno de los esclavos tiene la osadía de preguntar algo sobre los descuentos… al toque lo rajan a la calle “por insubordinación”.

La pregunta que nos hacemos es… ¿dónde se va la platita que se les quita a los jornaleros? ¿A quién o a quienes benefician esos jornales trabajados, pero nunca pagados? ¿Quiénes se estarán forrando a costa del sudor ajeno?  

Publicidad uniformada

Pero la macanada de Aldo Ricacho no termina ahí… No solo tienen que trabajar gratis los jornaleros, también tienen que ayudar para que el amo de su amo pueda permanecer en el trono. Así es que, a plena luz del día, con el uniforme puesto, los muchachos tienen que salir a las calles a pegar calcomanías que dicen algo así como “Pelotudito Intendente”, “Mudito concejal”, etc.

¿Será que además de pagar coima, algunos chóferes se tienen que bancar la calcomanía de un candidato infelíz en el parabrisas?

La tremenda decadencia de la $anta Aplanadora

Mientras tanto, la honorable aplanadora, se vé bastante menguada últimamente. Los  nueve acólitos ya no parecen tan devotos a $an Kiñokis, y la falta de fe ha debilitado la orden.

De Aplanadora descendieron a motocarro –apenas para aguantar a kiñokis– y con los sapos y culebras que andan volando por la ciudad, ya deben estar a nivel de gato hidráulico.

Y mientras los honorables se parten la cabeza para ver cómo se las arreglarán para seguir currando al pueblo, y al mismo tiempo lograr el ansiado rekutú… algunos lloran a moco tendido porque ya no habrá listas sábanas, y sus caras son harto conocidas por el pueblo que no los quiere votar ni para mascota del barrio.

Pero, entre una cosa y otra, parecen haberse olvidado que alguna vez fueron electos concejales, y que –al menos, de vez en cuando- deberían sacar una Ordenanza. Porque problemas es lo que más hay por toda la ciudad… y soluciones no aparecen. No son capaces de hacer ningún proyecto serio. Lo último que han inventado son las famosas “minutas verbales” para simular que trabajan en alguna cosa.

Resulta que las famosas “minutas” son escritos. La Real Academia de la Lengua Española dice que una Minuta es un “Extracto o borrador que se hace de un contrato u otra cosa, anotando las cláusulas o partes esenciales, para copiarlo después y extenderlo con todas las formalidades necesarias para su perfección.” Se entiende entonces que una minuta es un proyecto escrito para una Resolución, una Ordenanza, o un Reglamento municipal.

Pero para nuestros geniales honorables, la minuta es una forma de actuación por la cual hacen creer al pueblo que  están muy ocupados haciendo algo útil. Y en realidad es pura bola.

Si un concejal presenta una minuta escrita proponiendo solicitando desalojar una vereda ocupada ilegalmente, enseguida empieza el coro de figuretis.

  • Cierto concejal presentará una minuta verbal (textual) para que se barra la vereda.
  • Otro concejal presentará otra minuta verbal para que se cuenten cuántos árboles hay en la vereda de enfrente.
  • Otro concejal presentará otra minuta verbal para que se haga un inventario de cuantos nidos de pajaritos hay en cada árbol.
  • Cierta concejala presentará otra minuta verbal para que se averigue si no hay algún terrenito municipal en la cuadra.

Y así se la pasan improvisando en medio de la Sesión Legislativa de una de las ciudades más importantes del país. Si esto no es una joda ¿Entonces que es?

Ya no les basta con saltarse todas las reuniones de Comisiones Asesoras y hacer todo encimado los lunes – burlándose de la Ley Orgánica- sino que ni siquiera tienen la voluntad de sentarse a escribir en una hoja de papel, un proyecto, una idea, algo que soluciones el mar de problemas que tiene la ciudad. Ahora resulta que los proyectos se hacen al puro BLA BLA, improvisando según lo que aparece durante la sesión.

Y por hacer eso ganan decenas de millones.

Pasajeros ahumados

Mientras tanto, apreciados lectores, ustedes pueden apreciar -en video- la forma en que circulan por la ciudad antiguos chatarrones habilitados por esta Municipalidad y por esta Junta como “unidades del transporte público de pasajeros” de San Lorenzo. Y los pobres pasajeros deben viajar ahumados como jamones porque los concejales bla-blá no tienen una ordenanza que prohíba, castigue o controle la polución generada por micros a leña.

O quizás sea que algún santo muy milagroso protege a los empresarios de transporte, de tal manera que se vuelven intocables e invisibles para las autoridades. Porque eso que se dice y se comenta de que todas las lineas de trasnporte pertenencen a parientes y prestanombres de los concejales sanlorenzanos… eso es pura calumnia.

Todos ellos son buenos chicos. No hacen cosas feas como violar las leyes y esas cosas. Nooo! Solo hacen minutas verbales y cantan a coro la palabra ¡APROBADO!

¿Va a seguir muriendo gente?

La semana pasada recordábamos que los bomberos municipales ya no controlan la seguridad y los riesgos en negocios, edificios e instalaciones. Los voluntarios fueron reemplazados por funcionarios municipales asalariados quienes se encargan ahora de la seguridad de todos nosotros. ¡Agarrense! ¡Toquen madera!

Y ya empezaron a mostrar sus $olucione$ inteligente$. ¿Se acuerdan de la trágica jornada acaecida recientemente en una conocida firma de minimercados? Una vida jóven se perdió por inhalación de sustancia tóxica proveniente de un generador ubicado en dicho comercio.

Ocurre que el minimarket denominado “biggies” (o algo por el estilo) tiene –fuera del salon comercial- un generador eléctrico que usan para reponer la energía cuando hay cortes. Y el ingenioso ingeniero que diseñó este local, no previó que en caso de lluvia o tormenta, el generador eléctrico contara con un techo, una carpa o cualquier tipo de protección.

Para abreviar, cuando llueve meten el generador dentro del salón comercial… y que la gente se aguante el humo, la contaminación y el aire irrespirable. ¡Así de inteligentes somos!

Pero la sabiduría municipal solucionó rápidamente el problema: el dueño del multi-boliche prometió que va a poner cierto líquido mágico y misterioso dentro del generador, para que este ya no contamine el aire… y cada vez que llueva o truene, o se vaya la energía van a volver a poner el aparato a funcionar dentro del salon comercial. Falleció una persona, pero la municipalidad los autoriza a seguir haciendo la misma barbaridad, a cambio de una promesa a todas luces ridícula y burda. Y esto se desprende del testimonio del mismo director del PCI (entiendase prevención contra incendios) .

Solo prevén incendios, ahora que la gente se muera por otras causas no es problema de ellos.

Pueden sofocarse, intoxicarse, asfixiarse, recibir radiación, volverse zombie, desintegrarse en el aire, convertirse en honguitos… Ellos solo hacen Prevención Contra Incendios, todo lo demás: terremotos, tsunamis, huracanes, derrumbes, no es su función.

Eso que acabamos de relatar, y que lamentablemente es totalmente cierto, explica claramente la gran diferencia que existe entre un Bombero y un Burócrata. No es lo mismo –insistimos- un voluntario que un asalariado –quizás hasta planillero-. No es lo mismo la vocación de servicio  que el rascabulismo oficinesco. Y ojalá nos demos cuenta a tiempo –ya lo dijimos- antes que ocurra otra desgracia.

¿Hasta cuando seguiremos soportando a estos hijos de onagro?