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Es interesante el “protocolo de desinfección” que hay que hacer antes de entrar a la Municipalidad de San Lorenzo. Sin embargo cierto experto epidemiólogo local afirma tener pruebas científicas de que se está haciendo al revés. El lavado de manos, la toma de temperatura y el rociado con alcohol debería hacerse a la salida del edificio y no a la entrada: “…la peste está adentro…” manifestó el doctorazo.

Por su parte cierto vecino muy devoto ha pedido la asistencia del párroco de San Lorenzo, para derrotar la creciente epidemia. “Los miércoles se debería fumigar con agua bendita” –comentó- “… y en especial las instalaciones del tercer piso, dónde ocurren toda clase de cosas raras…”.

Ña sombrero –muy ofendida- se plagueó toda la semana contra los “mentirosos”, “sinvergüenzas” y “chismosos” que la acusan falsamente de haberse apropiado de un terreno municipal. “Tanto lío por un terrenito de mier… si tanto lo quieren se los devuelvo y que me den de vuelta mi plata”. Tiene razón la doña… el problema es que cuando lo devuelva ¿va a echar las murallas de dos metros que levantó para que no la pillen adentro?

A la municipalidad le falta una Dirección de Exorcismo: y es que ocurren cosas MUY raras últimamente. La historia de San Lorenzo registra dos casos de Pombero, una aparición de Yasy Yateré, y varias denuncias por Luisón (allá por los años 60). Hay quién dice que se han aparecido ánimas en el cementerio. Pero últimamente la cosa está espeluznante: plazas fantasmas, empedrados fantasmas, ciclovía fantasma, funcionarios fantasma… Acá todo el año es Halloween!

El gremio bomberil está que arde: los muchachos aseguran que por todas partes se hacen “inspecciones” y “controles de seguridad”, cobrándose día a día sumas enormes en concepto de “Inspección de bomberos”, pero que los bomberos solo reciben moneditas. Parece que la Manguera del área de recaudaciones tiene demasiados agujeros y se derrama todito por el piso… porque ciertos funcionarios cambian de auto cada rato, mientras que los pobres bomberos no tienen ni para combustible.

La secretaria de cierto concejal fue echada a patadas por –supuestamente- “no cumplir con sus obligaciones laborales”. Ella, en su defensa dice que “cada vez que el jefe aparece con la nariz llena de polvito blanco” se pone muy nervioso y la trata mal. Por algo dicen que algunos políticos tienen “grandes aspiraciones”. Dicen que pronto van a subir un “documental” sobre el caso a las redes. ¿Será?

Nada tenemos que envidiarle al primer mundo, acá en santolandia podemos superar cualquier cosa. Si en otros países hay “tren bala”, acá tenemos “micro bala”. Claro que con algunas diferencias: lo de “bala” no es porque sean rápidos para cubrir el servicio… sino porque (al igual que las balas) te pueden matar si te cruzas con uno de ellos.

Cuando el “bus bala” pasa por las calles de la “city”, muchos pasajeros lo confunden con una manifestación: por la humareda que deja y por el “cacerolazo” que genera. El “bus bala” anda como loco, no reconoce semáforos ni agentes, cambia de recorrido más seguido que el Pilcomayo, viola todas las ordenanzas y más… pero la PMT parece que no lo ve. Es que no quieren ser patoteados.