Por Claudia Meaurio
Ayer sábado, un tren de alta velocidad, TGV, salió de sus vías en proximidad a la ciudad de Estrasburgo, en el este de Francia.
Aproximadamente 10 personas fallecieron y otras 11 sufrieron heridas serias, según informaciones oficiales.
El tren transportaba a 49 técnicos de ferrocarriles cuando descarriló, se incendió y cayó a un canal.

Los heridos fueron trasladados al hospital en helicóptero. En base a un comunicado oficial el incidente se debió a un «exceso de velocidad». Cabe resaltar que los trenes TGV son capaces de superar hasta 300 km/h.
En fotos tomadas tras el descarrilamiento se ve a la locomotora parcialmente sumergida; también había piezas del aparato en un campo próximo de las vías.
Según reportes, estaba estimado que la línea París-Estrasburgo de alta velocidad fuera inaugurada el próximo año.
Alain Vidalies, secretario de Estado de transporte junto a la ministra de Ecología, Segolene Royal, visitaron el lugar del incidente.
«Un infortunio que se suma a la amargura», tuiteó desde el lugar Royal, en referencia a que el descarrilamiento llega apenas un día después de los ataques de París, que dejaron al menos 129 muertos y más de 300 heridos.
Desde que el servicio comenzó a operar en 1981, es el accidente con mayor número de víctimas mortales que se ha registrado.