Mbeguemi de emergencia: ¡Se armó la gorda!

Apreciados lectores, tenemos el triste deber de avisarles que este medio de prensa se encuentra en rauda fuga.  

Nos rajamos.

Les escribo estas últimas palabras colgado del estribo el colectivo que me lleva a Puerto Elsa. Trataremos de superar el pánico para cruzar la frontera y desde ahí huir a la Antártida.

Es que estamos aterrados. El Todopoderoso Lider de la $anta Aplanadora acaba de manifestar públicamente la existencia de la Justicia. ¡Qué horror! ¿Entonces existe la Justicia en este país? ¿No era un mito?

Pues parece que existe, porque EL SUPREMO lo ha dicho ante las cámaras y en plena sesión ordinaria: “Cuidado con andar haciendo dibujitos y denunciando cosas, porque existe la Justicia”. (Y nosotros que no creíamos).

En lo que si creo es en el karaí bosá: y es que muchas veces le hemos visto salir con la bolsa bien cargada, por la ancha puerta trasera de cierto palacete municipal donde siempre estaciona sus magníficos carruajes. Muchos sanlorenzanos adultos creían hasta hace poco en los reyes magos, incluso las últimas veces votaron por ellos… pero parece que ya no creen mas y están esperando ansiosamente el momento de botarlos.

Resulta que el oblongo señor es toda una deidad vengativa. Pareciera ser el hermano mayor de $anta A$trea, y estaría dispuesto a lanzar terribles rayos jurídicos contra cualquier pobre humano que se atreva a dibujar su bella y sacrosanta persona.

Ya lo decretaron los talibanes islámicos y los terroristas de ISIS cuando masacraron a los caricaturistas de CHARLIE HEBDO en París: ¡Quién dibuje a los dioses debe morir!

Y a esa doctrina se apega plenamente el ayatollah de la $anta Aplanadora:  pobre de aquel ser inferior que ose dibujar o caricaturizar su sacrosanta figura!!

Y no anden publicando por allí los oscuros misterios administrativos de su DIVINIDAD, porque eso es una blasfemia. Denunciar es pecado. Presentar pruebas es sacrilegio.

Y asi resulta que según la liturgia de este divino sin verguenza:

  • es “justo y necesario” aprobar un año entero de FRAUDE PRESUPUESTARIO municipal,
  • es “correcto y honesto” apañar pagos millonarios por obras que jamás se realizaron,
  • es “lícito y noble” encubrir la creciente y poco disimulada malversación de fondos de la Municipalidad,
  • es “bueno y legal” aprobar cosas que en realidad debieron ser investigadas…

Todo eso está bien para El Supremo… pero ¡ojo! Denunciar públicamente y con documentos oficiales es un grave delito. Pedir información pública y destapar asuntos ocultos es un crimen.

El Supremo nos advierte que “dejemos de machacar” la sagrada figura pública de aquel que aprueba descaradamente y a tambor batiente todas las trapizondas de su $ocio el Intendente.

Dice el supremo que el periodísmo “denigra la figura de una mujer”, quizás refiriéndose a la simpática concejala que valiéndose del cargo ha intentado apropiarse de un terreno público, al tiempo que nombraba como funcionarios permanentes a sus parientes… SIN CONCURSO ALGUNO.

Alguien debería regalarle un diccionario a este SABIO: no sabe la diferencia entre “denigrar” y “denunciar”. Según su rara visión del derecho, la carcel del Buen Pastor, estaría llena de mujeres denigradas, y el penal de Tacumbú sería un santuario para peregrinos.

¡Imaginense! Aquel que más debe explicaciones a la justicia, pretende asustar a quienes le sacan los trapitos al sol… con la justicia. ¡Es de historieta! ¿Ahora las pandillas convocan a los jueces?

Sepa Honorable Capo que el hecho que una decena de personas se pongan de acuerdo para hacer cosas oscuras, no cambia las leyes. Porque a todos les llega la hora de rendir cuentas de su administración… y si a la hora de revisar los números resulta que 2+2=0, entonces USTED, sus cómplices y aquellos que los encubrieron… TENDRÁN QUE RENDIR CUENTAS POR SUS ACTOS.

Y ese día, la “invencible mayoría” se las verá con la Justicia (que parece que SI existe).

Gente mucho mas poderosa que USTED ya ha probado el PESO DE LA LEY.

Gente mucho más intimidante que USTEDES ha aprendido a morder el hierro de los barrotes.

Por ahora el honorable corso comunal sigue bailando al compás de la “samba de las monedas”. Pero sepa usted SEÑOR, que a cada carnaval le sigue siempre una Semana Santa, y que las payasadas de un rey momo nunca asustaron ni al pueblo, ni a quienes tienen por profesión narrar los hechos.

Sabemos por qué está enojado, y por ello le decimos ¡Gracias! Por leer siempre nuestra página periodística.

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