Mbeguemi online (Sueños y pesadillas de los bandidos)

Dicen las chismosas del barrio, que en el último cumpleaños de tío albino los pocos admiradores que le quedan le enviaron un mariachi (es que somos tan paraguayos…).

Los mariachis empezaron la serenata cantando “La Adelita”, y tío albino se puso a llorar: es que entendió mal la letra…

Si marielita se fuera con otro

la seguiría por tierra y por mar…

si por mar en un buque de guerra

si por tierra en un tren militar

Es que marielita no se fue, pero sí se quedó con otro. Y se quedó –nada menos- con el que le serruchó la silla a tiíto. ¡Qué ingratitud! Y pensar que tío albino le dejaba hacer tantas travesuras…

Y en parte la música de la ranchera fue toda una profecía, porque después de dos años del golpe de estado sanlorenzano, apareció algo igual o peor que un tren militar. ¡Aijuepete!

La maquinaria llegó de sorpresa, sin avisar, sin tocar el silbato –y no se trataba del hermoso trencito de San Lorenzo-.

¡Fum! Un relámpago, y en las puertas de la Estación Municipal

estacionaba el “tren” de la Contraloría.

A las nenitas de la muni se les erizaron los bellos: ¡La contraloría está en la puerta!

Hubo chillidos, aullidos, y hasta desmayos. A odix se le cayeron los bigotes del susto, marielitabajoy subió rápidamente las escaleras para ver de cerca, rompiendo la mitad de los escalones con sus patitas de elefanta.

– ¡Es verdad!– Gritaba levantando la trompita- ¡están aquí! ¡Están en la puerta!

Mientras tanto kiñokis, desesperado, le llamaba por teléfono a su paisano salina:

– ¿Aló? ¿aló? ¿Con el director?

– ¿Qué pasó che kuate? –gritaba el lord mayor  muy nervioso.

– ¿No era que vos ibas a atajar a los contra lores?

¿Están en las puertas de mi palacio, con toda su artillería… y vos ni siquiera nos avisaste?

El paisano salina dijo algo que no se alcanzó a oír, pero kiñokis  que estaba muy chinchudo (verde tenía la cara) le gritó: ¡qué masón ni ocho cuartos! ¡ese delantal de porquería no sirve ni para lavar los platos…!

Mientras tanto unos objetos voladores no identificados comenzaban a salir de la terraza de la muni, en todas las direcciones:

– ¡Che dio! – gritó un guardia, tirando la escopeta al suelo- ¡Invasión extraterrestre!

– ¡Rajemos! –dijeron otros.

Pero no era ninguna invasión OVNI… no, señores. Eran los siete magníficos  que al ver llegar a los fiscales se rajaban a toda velocidad desde el honorable tercer piso:

  • La bruja porotea fue la primerita: ella siempre tiene a mano su escoba (con ella puede barrer y borrar terrenitos). Dijo sus palabras mágicas “añárakó pe guaré”, y salió como un cohete hacia las oscuras nubes que había en el cielo.
  • Después salió bigote candado saltando en paracaídas desde la terraza: tuvo que usar dos porque está muy pesado (no se sabe si es por la enorme panza o porque tiene los bolsillos llenos de plata), igual se dio tremendo golpe contra la vereda.
  • Huguito pachanga se agarró a un enorme globo de gas y fue subiendo, subiendo, hasta perderse en las nubes de la tormenta (algunos dicen que no era un globo, sino una gran cabezota).
  • El que no necesitó volar para nada fue ofidio azulejo. Dicen que las culebras azules pueden deslizarse por las paredes tranquilamente. Claro que bajar es fácil, si él se pasó la vida trepando por todos los grandes edificios de San Lorenzo.
  • Lilito el mudo que estaba contando billetes en RRHH, se convirtió en una nube de humo y desapareció: igualito a freddy krugger!!
  • Otro que no tuvo problemas para desaparecer fue al frodo el duendecito verde de la honorable. Usó su poderosa cuerda mágica y se deslizó por los aires, desapareciendo en dirección del viejo tinglado. Dicen que la piolita es regalo del demonio Kachus.

Patotero no se rajó, porque él también era cuate del paisano salina y creyó que su socio lo protegería. Lloraba lágrimas de sal, el patrón de la línea seis, con el teléfono en la mano:

Nelsito, nelsito… ¿Ya no te acordás cuando hacíamos campaña por las calles de sanlor junto con papá kiñokis? ¿Ya te olvidaste de los asadachos y las chevechas que compartimos?

– ¿Ya te olvidaste de las farras que hacíamos juntos gracias a papá kiñokis  y a tío kachus?

– Para eso te conseguimos el zoquete de director.

– Acordate que hasta le regalamos una calle a tu hermano para que se haga su casa. ¡Nde ingrato! ¡Nos fallaste! ¡Te vamos a echar de la logia.

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Si el día fue difícil para los honorables de la muni, la noche fue mucho peor.

No podían dormir. Tenían terribles pesadillas. Saltaban en sus lujosos somieres.

Por ejemplo porotea  tuvo una visión terrible: soñó que el terreno que se quiso comer en el barrio Miraflores, se levantaba y empezaba a seguirla por toda la ciudad, para vengarse:

-¡Socorro! ¡Socorro! –gritaba zapateando en su cama- ¡Dejame! ¡No me comas! ¡Terrenito de mierda!

Otro que tuvo una rara pesadilla fue bigote candado quién huía de un montón de expedientes truchos y deshonestos que trataban de llevárselo a Tacumbú:

– ¡A consideración! –decía la multitud de expedientes rabiosos- ¡Aprobado! ¡Aprobado!

y se llevaban al gordito a la rastra hasta el merecido calabozo.

Patotero realmente pasó una mala noche. Soñó que trataba de esconder todos los itinerarios truchos para que no les pillen los contra lores, pero los itinerarios volvían a aparecer por las calles, y todo el mundo se daba cuenta.

Sudaba el moreno, y hasta se le cayó su chupete.

Hacia medianoche la pesadilla de patotero se puso peor: decenas de chatarras zombis lo buscaban para vengarse. Colectivos sin luces, oxidados, con las cubiertas peladas, echando humo por todos lados, corrían tras él para castigarlo por tantos malos tratos.

Dicen que los pobres buses descansaban en paz en varios desarmaderos, pero fueron resucitados, para salir otra vez a las calles a trabajar.

El célebre gusano de tierra al ver llegar a gente con caras de fiscalizadores, se acordó de pronto de ciertas hectáreas de tierra -que aún no termina de morfar- y se zambulló para ir a la campaña a continuar el yvy yaú, pero justo su jefe lo agarró de la cola y lo metió de nuevo en la oficina.

– ¡No huyas cobarde! Vos tenés que estar a mi lado para asesorarme- le dijo el lord mayor – Para eso te nombré asesor. ¡Para eso estás como Jefe de mis Asesoretes…!

En la oficina de al lado se escuchaba una emisora radial cercana, de la cual transmitían una ranchera…

¡Ay Jalisco no te rajeeeees!

El pulpo odix sí que soñó feo: mientras dormía creyó que los fiscalizadores llegaban a su casa, y entraban a revisar. En su pesadilla solo buscaba una forma de esconder el dinero ajeno que había por todas partes: como no había tiempo para cavar, ni tenía espacio en los roperos ni bajo las camas, la única idea que se le ocurrió fue comerse toda la plata.

Total… después volverá a salir -pensó ella- y la vuelvo a recuperar. Pero entonces se acordó que tenía un candadito en el buche, que no dejaba pasar más que algunas moneditas. ¡Que desesperación! ¡Qué haré con todas estas bolsas de dinero!

Una voz fantasmal le respondió:

-mi hija, ni que seas una ballena te vas a poder tragar todo eso.

Y la pobre se despertó.

Kiñokis tuvo una terrible pesadilla. Lo peor de lo peor: soñó que estaba en una conferencia de prensa y tenía que decir algo inteligente. Se angustió porque ciertos periodistas le hacían preguntas muy incómodas sobre la llegada de los contra lores.

– ¡No hay que preocuparse, muchachos!

– Mis técnicos, mis asesores mis funcionarios están altamente capacitados para responder las preguntas de cualquier fiscalizador… tienen años de experiencia haciendo eso…

(En esa parte de la pesadilla le pareció ver, que sus técnicos, asesores y administradores salían a la carrera por la puertita de atrás, con grandes valijas que decían: “a Cancún”, “a la Antártida”, “a Australia”, “al desierto de Sahara”, “a la china”… etc.)

Marielita soñó que llegaba corriendo al palacete a buscar unas “bolsitas” que se había olvidado por ahí. Pero –en su sueño- no podía entrar.

¡Qué horror! En la puerta había un enorme cartel que decía CERRADO PORQUE RAJAMOS. (Adentro todo estaba muy, muy oscuro).

Para colmo de las pesadillas, papá kiñokis  acababa de designar a un “nexo” para que facilite el trabajo de los contra lores.

¡No! ¡No! ¡No! ¡Van a pillar todito!

En sus sueños se juntaba con su amiwi,  el pulpo odix, para hacer un hechizo de invisibilidad, y poder estar todo el tiempo manipulando al “nexo” sin que los fiscales se den cuenta. Con tantos tentáculos ¡cualquiera puede ser titiritero!

Cierta funcionaria tuvo una pesadilla tan fuerte, que hasta se hizo pis en la cama.

Soñó que los fiscalizadores le preguntaban: 

– ¿Dónde están los trabajos y las obras que se hicieron con estos enormes gastos?

Y ella sin querer decía.

– ¡Ay! ¡No me acuerdo donde las pusimos! ¡No sé si en la cuenta de ahorro, en la tarjeta de crédito, o en el plazo fijo! ¿O será que en el auto? ¿En la lancha? ¿En el quincho? ¿En el dúplex? ¡Ay! Ya no sé…

Dicen que a la madrugada, en cierto hospital privado, tuvieron que operar de urgencia a una señora que trabaja en la Municipalidad. Mientras dormía se había mordido toda la lengua. ¿Será?

………………..

Existen extrañas personas que tienen una idea muy errónea sobre lo que es la labor de la prensa. A esas personas, les conviene ir sabiendo que, en San Lorenzo.py…

“Todo lo que nosotros pensamos,

todo lo que nosotros sabemos,

y todo lo que nosotros creemos…

está publicado en la página sanlorenzopy.

Después no existe NADA.

Este es un medio de prensa, las noticias se publican

NADA SE ESCONDE.

Y si alguien quiere saber qué se va a publicar… sobre lo que fuera: solo tiene que mirar nuestras páginas. Lo que no publicamos es porque aún no lo sabemos.

Y si usted sabe algo verdadero, algo que debe decirse, llámenos y le ayudamos.

Y la verdad, no se vende, no se alquila, no se calla.

También es justo y oportuno mencionar que así como nuestras páginas no hacen discriminación de personas, tampoco nadie en este país tiene una mordaza en la boca, ni una venda en los ojos, y que cualquier ser humano tiene el mismo derecho de defenderse, de denunciar, de opinar, de manifestar sus ideas y pensamientos y de rebelarse contra la injusticia, la prepotencia y los abusos.

……………………..

Desde hace algún tiempo la ciclovía municipal parece tierra de nadie. En los accesos no hay ningún control ¡qué va a haber! ¡Si jamás se encuentra un solo funcionario por los alrededores! Es más fácil encontrar un marciano en el parque que a un “municipal”.

Desde que lilo el mudo anda rondando por RRHH, hay ciertas direcciones que se han vaciado. ¡Claro! Ahora los muchachos firman la planilla y se van a su casa.

¡Nada de trabajar! ¿Será que los fiscales de la CGR se darán una vueltita por la ciclovía?

En realidad hay una lista de oficinas que podríamos recomendar para “turismo interno”.

Mientras tanto, las personas que ingresan a caminar o a pedalear por el parque no son protegidas: no hay alcohol, no hay lavamanos, no hay control de temperatura, no se ve gente de seguridad. Tranquilamente podés contagiarte de COVIP o contagiarlo a otros.

Parece que la llegada del tren expreso de la contraloría fue tan abrupta e inesperada que las poderosas ruedas de hierro rompieron todita la vereda municipal e hicieron volar varias alcantarillas. ¡ñande sú!

– ¡No señor! – Se excusó uno de los contra lores

– Nosotros no rompimos nada…

Y aclaró que ellos llegaron nomás en autito, para dejar unos documentos en la recepción…

Pero entonces ¿quién rompió toda la peatonal?

¿No habrá sido el trencito cultural? ¡No! ¡Ese ni se mueve!

Dicen las malas lenguas que si la vereda está rota y las alcantarillas están todas revueltas es únicamente por algunas cosas muy pesadas que cayeron desde arriba.

¿Fue un meteorito venido del espacio? ¿Fue amandáu?

No… ¡nada que ver!

Fueron los paracaidistas que saltaron desde el tercer piso, cuando vieron llegar a la CGR.

Incluso algunos –como bigote kandadotuvieron que tirarse desde la terraza, porque no cabían por la ventana.

No se sabe si los muchachos están más pesaditos luego de 5 años de jugosas “dietas”, o si llevaban mucho equipaje, pero eso si… el pobre piso quedó hecho un desastre.

¡Jamás una vereda ilustró mejor lo que ocurre dentro de un edificio!