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En plena PANDEMIA, cuando la gente se estaba muriendo y la mayoría estaba en cama en sus casas, o aguantando la dura cuarentena, el propio Presidente de la República manifestó POR DECRETO, que los administradores del Estado: entiéndase municipios, gobernaciones y reparticiones públicas… redujeran los gastos AL MINIMO.

Sin embargo el genial intendente sanlorenzano no pudo atajar la chequera y empezó a repartir los millones: 1600 palos para DC ingeniería por recapados, otros 160 palos a un tal Rodolfo Mendoza y otros 150 palos a un tal Daniel Ojeda.

Los últimos dos cobraron 310 millones por “actualización catastral”… como si eso fuera más urgente e importante que asistir a comunidades sin trabajo y sin comida, o adquirir insumos para combatir la pandemia. Y sigue el circo.

Parece que eso de apropiarse de terrenos ajenos es muy contagioso, ahora en el barrio San Ramón un grupo de personas está invadiendo una propiedad privada. Adivinen quiénes son los “humildes invasores”: La gran mayoría funcionarios municipales (incluso algunos ñoquis entre ellos).

Así como los ñoquis se deben comer el 29 de cada mes, los funcionarios ñoquis aparecen por esas fechas también. ¿Bajo qué plato dejarán su billete?

Pero no todos los invasores del barrio San Ramón son funcionarios municipales, no. También hay una funcionaria de la Cámara de Diputados entre “los pobres”.

La Municipalidad debería habilitar un estacionamiento en la zona de invasión, para que los pobres puedan estacionar allí sus autazos y sus camionetazas. De paso los vecinos podrían ganar algo lavando vehículos, vendiendo tereré, chipa y empanadas a “los pobres invasores”.

Y para los que dicen que los políticos no están con el pueblo, les cuento que entre los “pobres invasores también se encuentra un miembro de la seccional Nº 2.

Hablando de ladrones de tierras: ahora que ña sombrero fracasó en su intento por comerse un terreno municipal, quiere que le devuelvan toda la platita que pagó para quedarse con la propiedad. Hasta le habrían oído decir que al fin y al cabo era un “terrenito de mierda”.

La pregunta del millón es: si era tan inocente, y si nada tuvo que ver con el “fato”, por qué estaría pidiendo que le devuelvan su plata. Y si el terrenito “no valía nada” ¿por qué se gastó una millonada en levantar feroz muralla a su alrededor y meterle un costoso portón de hierro?

El “terrenito” está sobre asfalto y a pocos metros de una de las principales avenidas pavimentadas de San Lorenzo, y hay inmobiliarias que habrían pagado 10 veces más, al contado y al instante… por el terrenito de mierda.

Porotea niega enfáticamente tener algo que ver en el asunto, incluso habla de “calusnia” (calumnia), pero insiste en recuperar la plata pagada por el terreno que jamás compró.

¿Se acuerdan de la película “Lo que el viento se llevó”? Bueno la comuna sanlorenzana estaría haciendo un remake de el gran éxito de Hollywood. Ocurre que cierta empresa contratada por la municipalidad habría pintado las marcas asfálticas de varias arterias de esta ciudad con una sustancia que no se puede identificar, pero que debió ser MUY barata porque el viento… se las llevó.

A estos asfaltos les cabe perfectamente el dicho de “borrón y cuenta nueva”, solo que lo que se borró fue aprobado por las autoridades, y las CUENTAS, las pagamos usted y yo… obligatoriamente.

Habría que hacer un concurso para descubrir con qué se pintan las señales viales de la ciudad: ¿con cal? ¿Con tiza? ¿con talco para pies?

¡Chake! Con el precio que tuvieron esos “polvitos” que pusieron sobre el asfalto, hasta la SENAD está empezando a desconfiar.

Otra genialidad de la administración comunal. Hasta ahora nadie se daba cuenta de que los viejos árboles de eucalipto que están a los lados de la avenida Vittorio Curiel eran un peligro para la población. Cuando se cayó uno -creando problemas a medio mundo- nadie pareció darse cuenta. Pero de pronto alguien pilló un nuevo “curro”. Había sido que era “muy urgente y necesario” talar todos los viejos eucaliptos, “porque son un peligro para la pobre gente de Capilla del Monte”.

Y allí mismo surgió un valiente ciudadano quien “supuestamente” se habría ofrecido a solucionar el problema “por la módica suma de 7 millones por cada árbol”. Contando mal, parece que habría más de 20 árboles. Y ya marchaba el negocio con la bendi$ión del lord mayor, cuando los vecinos sugirieron que “sería mejor contratar a una empresa SERIA” que además cobraría solo 1.300.000.

Ante el escándalo que se venía, el muy cooperativo jefe comunal, decidió recular velozmente y aceptar el proyecto propuesto por los vecinos, dejando varios “perjudicados” como el señor Baeza (el de los 7 palos) y varios municipales –incluyendo cierta directora- que ya pensaba en cambiar otra vez de auto.

El simpático de Baeza no solo pensaba cobrar 7 palos por árbol, sino que además quería usar (gratirola) la mano de obra y las máquinas del municipio. Inclusive iba a “ordenar” que los bomberos acerquen una de sus escaleras. Pero, los vecinos le arruinaron su “navidad” de octubre. Y además él iba a vender toda la madera que sacara de la tala.

Un eucalipto le dijo a otro eucalipto: somos árboles no arboludos.

La Constitución Nacional dice que “todos los ciudadanos son iguales ante la Ley”. Ante la Ley si, pero ante la Muni… NO. Como ejemplo baste mencionar que muchos funcionarios municipales “ausentes por enfermedad” ni siquiera se estarían dignando a presentar su certificado médico. Sin embargo, a los demás les exigen certificado, autenticado, firmado, ratificado y recontra verificado.

Los genios de la “honorable” se están devanando los sesos para ver cómo pueden blanquear la tremenda cagada que hicieron para que “ña sombrero” pudiera “beneficiarse” con el miserable lotecito. Resulta que los abogados que ocupan varios curules, “no sabían” que estaban actuando al margen de la ley. ¡Qué joda! Ahora resulta que los abogaduchos pueden alegar ignorancia de las leyes.

Porque hay ciertas manchas que cuesta mucho quitar… y se vienen las elecciones. Bigote candado, Porotea, y el “fernandino arrepentido” son los más angustiados.

Los demás se sienten seguros, principalmente el empresario chatarra, quien cada semana pide un nuevo itinerario, y si no le dan, trae todos sus carruajes oxidados y los estaciona frente a la municipalidad.

Y si no alcanzan los chatarruajes de patotero, el amiwi Lilo trae a sus barrabravas a tocar tambores, romper vidrios y tirar bombas. Los muchachos vienen a 50 mil por cabeza: ¿Y qué? ¡El pueblo de San Lorenzo paga!

Increíble que Liloncho  sea el cacique de una tribu tan ruidosa. Él, que en la Junta jamás dice una sola palabra. Él que no espanta una mosca de su nariz, por miedo de que al mover la mano le den el uso de la palabra. Él que todos los años, más o menos por la misma fecha, presenta la misma minuta copiada de otro municipio. Y la vuelve a derogar  y la vuelve a presentar. ¡Qué capo!

Tiembla el bigote candado: resulta que la bravata aquella de suspender a un colega le salió mal. El colega volvió con una “orden superior” documentada y se sentó de nuevo en su curul. Y la gente se pregunta: si la suspensión no era válida, entonces la muni tiene que pagárle la dieta. ¿Y al otro concejal que convocaron? También le corresponde la dieta, porque asistió y trabajó.

O sea que habiendo dieta para 12 concejales (en el presupuesto municipal) VAN A TENER QUE PAGAR 13 DIETAS. Tiembla bigote candado, por miedo a qué él tenga que aportar el dinero faltante.

Quien hace la cagada, la limpia… ¿o no? ¿O el pueblo tiene que pagar otra vez?

ÚLTIMO MOMENTO: Los amos de la ciudad están decidiendo el presupuesto municipal para el año 2021. Muy a su estilo lo hacen todo secretamente y a escondidas, dejando entrever que algún nuevo FATO se estaría preparando para golpear las arcas municipales antes de las elecciones.

Tanto que se habla de PARTICIPACIÓN, DEMOCRACIA, TRANSPARENCIA, CONSULTA POPULAR, pero sin embargo tanto Kiñokis como los “siete magníficos” continúan haciendo sus travesuras.

¿Habrá algún concejal o funcionario municipal, lo suficiente honesto y leal, como para dar difusión al PRESUPUESTO MUNICIPAL 2021, antes que nos tiren el “fato ya cocinado” como lo hacen siempre? 

¿Habrá austeridad, reducción del gasto, control del dinero? ¿O seguirá la joda total?