De corazón les digo: Gracias! porque están construyendo un Paraguay mejor para mis hijos

El lector Robert Cano hizo llegar un escrito donde hace una breve reflexión sobre lo acontecido en la toma de colegios por parte de estudiantes. En una parte del escrito manifiesta la importancia que hoy día la juventud puede acceder a información que hasta hace poco permanecían ocultas “Cuando 16, 17 o 18 años como ustedes tienen hoy, no tenía acceso a la información que hoy les es accesible, cuando cursaba mis estudios en el Colegio Nacional de la Capital o en el Colegio Técnico Nacional, no sabía que mi país invertía sólo el 1% de su Producto Interno Bruto en Educación, no sabía que sólo 15 de cada 100 jóvenes estábamos terminando la secundaria”.   hh

LO QUE DICE LA REFLEXIÓN

Estuve pensando mucho en estos días, más de lo habitual y no quisiera dejar de expresar lo que me nace, como mandato de mi conciencia.

Entiendo y me adhiero al sentir de los jóvenes, HOY es más que oportuno reclamar la toma de acciones que mejoren la calidad educativa,… y otras cuestiones más.

Mi generación, la que hoy toma las decisiones que afectan el destino de millones de niños, niñas y jóvenes, aún no comprende el sentido de REAL URGENCIA que se requiere para impulsar las acciones que les faciliten una educación, que les de mejores posibilidades de llevar adelante nuestro Paraguay, en un mundo bastante más complejo que el que tenemos hoy.

El futuro demográfico del que tanto hemos hablado, sobre el que tanto hemos debatido, en el que analizábamos que este momento representa para ustedes una oportunidad ÚNICA, pero que requiere para su aprovechamiento, focalizar de manera URGENTE unas pocas pero muy importantes acciones.

En los debates reflexionábamos del bono demográfico y concluíamos que la Primera Infancia y la Educación eran los factores clave para su aprovechamiento y trabajar en estos dos ejes es igualmente fundamental para enfrentar el invierno demográfico que se viene en 35 años más.

Debemos celebrar que hoy el reclamo por una mejor Educación sea la bandera que haya unido sus voces! Y saben porque? Porque así les vamos a escuchar, mediante el reclamo que ustedes hoy hacen, mi generación, la generación que toma las decisiones HOY, comenzará a moverse más rápido, cómo debimos hacerlo desde hace tiempo.

Mi generación podrá poner excusas, por ejemplo: que los procesos de licitación son largos, que el presupuesto no alcanza, que la burocracia, etc., pero son solo eso, excusas. Recordemos que las “reglas” que definen los tiempos de licitación, del buen uso de los recursos y de la burocracia, las definimos nosotros mismos, es por eso que son excusas.

Porque está en las manos de mi generación el cambiarlas, y si no lo hacemos es porque no tenemos la inteligencia o el interés, o la conciencia del daño que les estamos haciendo a ustedes, HIJOS DE MI GENERACIÓN, así de simple es.

Mi mente define el tiempo, no en días, meses o años, lo hace en generaciones. Por eso desde mi visión entiendo que el genuino reclamo con el que ustedes nos despiertan, no tiene que ver con personas o con nombres, tiene que ver con un sentimiento de hartazgo, por la desidia de mi generación.

Cuando 16, 17 o 18 años como ustedes tienen hoy, no tenía acceso a la información que hoy les es accesible, cuando cursaba mis estudios en el Colegio Nacional de la Capital o en el Colegio Técnico Nacional, no sabía que mi país invertía sólo el 1% de su Producto Interno Bruto en Educación, no sabía que sólo 15 de cada 100 jóvenes estábamos terminando la secundaria.

Hoy día ustedes conocen ese tipo de datos, y más. Pero tienen algo que mi generación, y ninguna generación de paraguayos antes ha tenido a SEMEJANTE ESCALA, no hemos tenido el valor de reclamar tan masivamente a quienes en aquel entonces gestionaban el Paraguay de los ‘80 o los ’90, lo que HOY ustedes con justa razón nos reclaman. Quienes si lo hicieron en aquellos años verán con orgullo lo que hoy están haciendo.

Por eso les agradezco, porque sé que están asumiendo una actitud, una postura que beneficiará directamente a mis pequeños hijos y a los hijos de toda mi generación.

Gracias por despertarnos, gracias por reclamar que aceleremos los procesos, gracias por hacernos pensar en hacer las cosas de manera diferente a la que hemos venido haciendo desde hace décadas, gracias por ayudarnos a vencer la inercia que nos aletarga y paraliza.

Como autocrítica, mi generación se halla inmersa en un debate sobre cuestiones que no contribuye a dar respuestas a lo que realmente es importante: sentar las bases para construir una nueva generación de paraguayos que nos supere ampliamente, en capacidad, en espíritu ciudadano.

Nos dividen cuestiones de que somos “de tal o cual color” o bien mezquinos intereses, y no nos damos cuenta que estamos poniendo en riesgo el futuro de lo más valioso que tenemos, nuestros hijos, ustedes.

Entiendo que habrá personas que si lo hacen, pero como generación, el saldo no es favorable.

De corazón les digo: Gracias! porque están construyendo un Paraguay mejor para mis hijos, porque estoy seguro que con el ejemplo que les están dando, les están ayudando a ser mejores ciudadanos, libres para expresar sus ideas. Espero que, a su momento, sean ellos quienes les digan a ustedes, como ustedes hoy a nosotros, las cosas en las que deberán mejorar.

Los temas que den respuesta a la problemática de la Primera Infancia, la Educación no puede avanzar al ritmo de la burocracia. Por eso entiendo y me alegra que se movilicen, sólo así en mi generación entenderemos que debemos estar a la altura de las circunstancias, y espero sinceramente que despertemos y de una vez hagamos lo que tengamos que hacer, pero rápido.

Sólo me permito hacerles un recordatorio, que la Primera Infancia también debe ser prioridad, recuerden que gran parte del presente que hoy viven, es producto del descuido que el país ha tenido con ustedes quince o veinte años atrás. Es para pensarlo. No repitamos ese error.

Espero, de corazón, que no decaigan en ese espíritu crítico que hoy nos conmueve y hasta conmociona, que sean permanentes contralores y midan el “pulso” de la gestión de mi generación.

Gracias!

Robert Cano